lunedì 27 aprile 2009

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Comunicación interceptada entre el pesquero Santa Úrusula (con puerto en Santa Pola) y el centro de comunicaciones USS Angel (California)

.- A las 14:15 horas de hoy, faenando en aguas del golfo de León, el operador de radio informa al puente de mando de la siguiente interferencia en las comunicaciones: "L'Algueresc és el cretinesc. Es la combinació perfecta tu: italià i valencià". A falta de confirmación oficial entendemos que no se trata de la señal que esperábamos de la avioneta que rastrea los bancos de atunes. Ante la imposibilidad de identificar al emisor / los emisores ponemos en su conocimiento este hecho para que obren como consideren oportuno.

- Well Done, Santa Urusula, sorry, Santa Úrsula. Forget it. You know what I mean?

Habla el olivo de la plaza de Doctor Collado

Hace calor. A mis pies se desordenan los turistas y los intelectuales que van a salvar el mundo desde cualquier mesa del café. Dicen que luego concurrirán a la filmoteca. Disculpen la elección del verbo. Sé que hubieran preferido que dijera que iran, acudirán, se dirigirán, marcharán, se pirarán, pero los años no pasan en balde. En el mármol anguloso que delimita mi libertad se sentó años ha un poeta, por lo demás cursi, que me enseñó a elegir así mis palabras. Luego dijeron que se suicidó por amores. Luego dijeron que no se suicidó, dicen que por amores. Luego todos convenimos que no servía ni para volarse la tapa de los sesos. Disculpen de nuevo, quise decir para abrirse al infierno. Guionistas me frecuentan. Camareras me frecuentan. Alemanes en suma. Todos me hablan y de todos olvido cosas. A mi izquierda, a tiro de mi rama más marquesa se sientan cuatro hombres. Zú, JR, Angresola, Diafebus. Y no aprendo. Y dicen que acabarán las bebidas y marcharán de inmediato. Pero encienden un cigarrillo. Y los cigarrillos se encienden para durar. Concluyo que mienten. En la mesa hay un libro y uno de los cuatro hombres que mienten lo manosea. Si por cada uno de los que entran en mi plaza con un libro que no entenderán perdiese una aceituna, tendría aún fruto suficiente para lubricar el sexo amojamado de la alcaldesa de. Disculpen. Maleducados me frecuentan. Rojos. Aunque yo los veo a todos igual de pálidos. Igual de bobos. Una avispa zumba entre la plata filuda de mis hojas. Trato de espantarla. Cuando vuelvo la vista a la mesa los hombres se han levantado. Se ríen de la casa del taxidermista. También ellos serían magníficos trofeos para un salón con chimenea e incestos secretos. Soy fantasioso.

Habla Bar Torino

¿Quién cojones le dió permiso a Zú para llevarlos allí? Uno no se deja los cuernos para conocer la ciudad y convertirla en literatura para que luego lo traicionen de ese modo. Comidas Esma. Se creerá muy importante por llevarlos a Comidas Esma. ¿Han jugado ellos al ajedrez con Raúl Núñez? ¿Han jugado? No. Así que a joderse y al puto macdónalds. La hostia. Y el fulano, el pavo, lee a Pamuk y se siente la hostia de bien, la hostia de culto. ¿Leyó antes Nieve? ¿Se calzó Estambul ciudad y recuerdos? No. Y les digo porqué. No, no se lo digo, estoy harto de contar cosas y que luego se las apropien. El abogado y el larguirucho se hacen mucha gracia. Saben un cojón también esos dos. A Comidas Esma. Es para cagarse.

Monólogo interior de una paloma abruptamente interrumpido por el formidable descubrimiento de un grano de maíz.

Pues vaya. Se han quedado sin mesa fuera. Es que a estas horas dónde pensaban sentarse. Claro, una ya sabe, una entiende. Son la Cretina Comedia y eso debería ser suficiente. Pero también son buenos, loquitos, discretos; y aceptan lo que les dice el mesero que es gordo como un mendrugo de pan gordo de esos que hay que mojar en un buen charco para que pase por el buche. Los mejores son los que se hacen en pavimentos de mármol. Los charcos, digo. Los de la calle se manchan enseguida de aceite de coches y de barro de las suelas y hasta se meten piedrecitas en la miga de pan. Una tatarabuela mía murió así y fue espantoso, oiga. Que hasta creíamos que la habían envenenado. Pero fue piedra. ¿Los chicos? Ah, los chicos, sí, pues nada entraron al interior del local. Yo desde aquí los vi pelearse por una mesa, pero creo que al final los acomodaron cerquita de la barra. Luego ya no sé, no sé. Bueno sí sé, pero oiga, una no vive mucho en la calle si cuenta todo lo que sabe. Pero pásense otro día y charlamos un poquito pero de otras cosas. ¿Gustan maíz? Yo sí, yo gusto a todas horas. Es por el estres ¿saben? por eso tengo este poquito de molla aquí debajo del ala. Pero es lo que digo ¿tengo edad para echarme novio? No. Pues eso, a zampar.

Habla JR

Esto lo sabe poca gente. En Valencia, durante la primera etapa de la represión...

Nota del narrador omnisciente, que pasaba por aquí

Es buen tío el JR. Si se pone a hablar de historia hay que tener la Larousse debajo de la mesa para no perderla. Da datos y datos y datos y datos como si le fuera la vida en la precisión del relato y eso es bueno. Pero exige cierta cultura, cierta capacidad de atención de sus interlocutores. Diafebus deplora en este instante no haber estudiado más. Menos pajas y más Hobsbawm. Se pierde, el muy ceporro se pierde, pero el gesto de asentir cada tres frases le sale ciertamente decoroso. Angresola raya a buena altura. Zú también. Pero Diafebus ni puta idea.

Sigue JR

Y esto, la verdad, es que poca gente lo sabe.

Habla una cazuela de canelones

Quemo. Mi vocación es quemar. También ser incómoda como una ortiga en el sobaco. Pero a la gente le hago gracia. El abogado tiene que ir luego al despacho pero me jala que da gusto. Así, en contrapicado, tiene algo de aristocrático en el decir, también de selecto arrabal. Dice que hay una historia que anda con ganas de escribir y el resto lo jalea para que lo haga. Se les ve sinceramente contentos frente a sus platos llanos de loza blanca, esa vulgaridad utilitaria. Le tienen fe. Lo quieren al abogado. Pero por interés debe ser. Después de tantos años de ver papadas una tiene mal concepto de hombres y mujeres. Lo quieren porque saben que un día los tendrá que sacar del trullo. Eso lo sé por la forma que tienen de cojer el cuchillo. Si yo fuera de carne me asustaría. Si tuviera hijas me asustaría. Si tuviera honradas aficiones me asustaría.

Gritan al unísono Zú y Diafebus

¡¡¡¡No hay discurso del método!!!!! y maricón quien diga lo contrario.

Habla JR

A mi me parece bien. Volvemos a los orígenes. Relajamos la cretina para alcanzar tensión de crucero. Libertinaje. Proyectos, pero no obligaciones. Fiesta perpétua. Martirologio de Cuenca.

Nota del recopilador 1

Comtessa, quiéranos de nuevo, carajo. Indúltese.

Nota del recopilador 2

(...) Queremos tanto a los cretinos. (ilegible el resto)
 

La Cretina Comèdia © 2010

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