venerdì 30 maggio 2008

Canto Tercero

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La Cretina Comèdia incomprensiblemente no es un circuito cerrado. La Cretina Comèdia admite intrusos. Los intrusos (V Molins y Little) llegaron los primeros a la escena. Y la escena, que es la música, el vinilo, colaboró. En la escena, constituida a la manera de Benimaclet, se enarboló, sin llegar a lo exacerbado, la predilección por la carcajada. Entre tanto, y sentados sobre sus profundos sillones, los clásicos cobijaron a los nuevos sin someterles si quiera a las preceptivas putadas para novatos: ninguna demanda de señales coincidentes, nada de pruebas per si de cas son soplones delatores. La Cretina Comèdia es confiada, pero no perfecta. La Cretina Comèdia engaña: los intrusos pensaban que estaban allí por tráfico social, por brotes de amistad, pa-conocernos-y-eso. Oh, error. Los intrusos tenían una finalidad disolvente, habían sido escogidos por Vicè y JR para romper una inédita mayoría, para desliar el bloque de los que militan bajo el régimen resignado de las sms-amenazas y del "y tú quién eres". (No hablemos de regimenes). El Nota y Forlati, ante la estrenada inferioridad, desplegaron el espíritu de HH, juntaron filas y dijeron que con diez, y hasta con dos, siempre se ha jugado mejor, dónde va a parar. El sexteto, vestido así, comenzó el desgaje.

Vicé, el pensamiento, sorprendió con una carta de una mañana demasiado temprana. A esas horas, retrocédase unos pocos años, el joven, las legañas, el pijama, la mare, interactuaron con el ya entonces muy viejo Del Olmo y el alcalde aguileño de Albal. El asombroso caso de los jamones perdidos volcó la primera carga de risotadas. Y es que Albal està al costat de Catarroja y entre los jamones había un besugo. Un gran estruendo. Una ovación por la historia. Forlati, manos inquietas, fluía discurriendo, poderoso en su posición. El Nota era -y si hay suerte todavía lo es- una especie avezada en el proceloso arte de la improvisación. Con una celeridad insólita para dibujar su ocurrencia, liarla junto a un dardo y lanzarla, que allá va. Más risa. Los intrusos, ya conocedores del porqué de su presencia, volvieron a caer en la tentación y, con la memoria, atraparon indiscriminadamente a cualquier bicho de los que vuela con demasiada recreación. JR, sosegado, me-voy-un-segundo-que-tengo-que-entrar-en-el-programa, pidió perdón por las bufas y se desplegó con cuatro (o seis) identidades distintas. Es la suerte de los que no tienen voz única.

Y continuó. Apareció la versatilidad maleable de la majestad. La chica tiene un lefazo en el pelo, sabes. Cerveza, vino. Milan del Bosch los está sacando. Sabino. Armada. Castellón. Intuiciones de un rencor contra Ryan Reynolds que se ha incrustado como la mancha de la hija pija. El cartero que ahora, ya ves, escupe a los mejores. Gaspar Rubio. Los 400 mil euros. A mí mañana me toca un muerto. Casa museo. Pues a mí el marrón. Y ahora T. Aquí chapan, tiremos allá. Algo de Víctor Hugo (Aristizábal). Las canarias y el principio elemental. Ayala puede dar una faena. Son las tres. Catarroja està al costat d´Albal.

lunedì 19 maggio 2008

Canto Segundo

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Hay especies que hacen del desmentido a Darwing un motivo para amanecer cada día. Así los cretinos comediantes, así el Nota, que caló las gafas, requirió la camisa, fuese y dejó al enterrador con cara de imbécil sosteniendo la pala bajo un diluvio de resaca. Así Caronte Forlati que no aceptó óbolos - pero la moneda es la vida - y remó por todos. Así Vicè que en un birlibirloque de heterónimos se trajo a si mismo impreso y de lujo y bajo el brazo. Así JR que lleva a cuesta sus santos rincones y los puebla de voces sin micrófono. Así la Morena viajera que llegó cuando ya estábamos todos, se sentó en un codo de la caverna y dibujó mamuts en silencio para conjurar el hambre infinita de símbolos e incardinar su sur en nuestro norte. Así Diafebus (asgo el cálamo, digo el día, miento enanos en la venta)
Salimos de casa de Forlati como los intocables de Eliot Ness, ustedes no lo vieron, pero allí andaban todos los fetiches: la Thompson, las gabardinas con olor a algas y gasolina, los sombreros de ala de albatros, los cigarrillos, la mirada. ¿Una de bacalao? Coño, que sean dos. Y las casas del Cabañal, de córpore in despropósito y los bueyes que perdieron contra las excavadoras y las barcas de manisa primorosa que partirán al olvido. Casa de la Reina, donde Forlati penetró de niño (Pobre buen Forlati; saltó la verja de hierro, ingresó a la penumbra del patio de piedra y ya no volvió. Nunca, que es como de verdad se regresa). Desde los tejados otro Forlati nos miraba con una botella de ginebra. A ras de suelo el Cabanyal es Habana centro, un pedazo infartado de corazón por el que corren niños con el culo pintarrajeado y yonkitos y gordas increibles que llaman a gritos a otros niños en otros patios oscuros y un viejo sin camiseta que paira en su silla de mimbre con los cascos puestos. Tal vez sea lo mejor. Delfos se pasó a la radio fórmula. Dejen todo de nuevo.
Y de pronto las historias. En algunas casas del barrio se engríe una suerte de palomar viudo; miramares. En las noches se encendían allí los fuegos de Penélope. Corre Ulises, corre a casa, el tapiz se quiere deshacer, el arco cruje, el perro es viejo y los carabineros olfatean a través de la noche tu cargamento de whisky y tabaco. Corre preciosa antes que estalle el pandero. Corre, corre y vuelve a casa y escurre tus botas y estaqueame como el rayo en el patio.
Una de anchoas, un tomate abierto, vino, cerveza ¿se puede fumar? Hoy se puede todo. Y aquí el escriba enmudece ante Guillermo. Muera la muerte. Cada lomo de anchoa, delicado y brutal como un beso en medio del incendio invalida al maricón de Flaubert. Como en el fondo somos lobos de buen corazón media anchoa y medio tomate se mueren de mengua en el plato y hace falta insistir para que su eternidad deje de flotar en aceite de oliva (pero es óleo y nos retrata) y se integre a los procesos del aquí y ahora de los intestinos.
Y más calles y un solar donde una mano ha trazado una portería de fútbol con pintura blanca para que los niños un día marquen el gol que nosotros fallamos. Todo me lo pueden quitar, pero no el miedo que siento ahora mismo, dijo Lorca un segundo antes de que lo asaetearan las balas, agudas como hojas de olivo, doradas como el sueño de los gitanos.
Igual que el barrio nosotros también tenemos estrechas callejuelas laterales para salir corriendo. También nosotros muchas veces las tapiamos para sembrar geranios y puertas que derribaremos cuando llegue la estampida final.
Y El Polp. Quod scripsi, scripsi. Mejillones al vapor con un cierto regusto a tortilla de patata, tal vez por el exceso de sal y no hables tan fuerte de la mafia y sigamos con la cerveza y, no, no digan nada, porque la historia de este local está ya contada.
Salimos con las primeras gotas de lluvia, Forlati, El Nota, JR, Vicè, La Morena y Diafebus. ¿Qué por qué no tocó Calamaro esa noche? Porque le daba vergüenza.
Calla el escriba.

venerdì 9 maggio 2008

INFIERNO CRETINO (Canto primero)

1 commenti
Sapete cosa gli diceva Dante a Beatrice? "Apri le gambe, e ti farò felice!"

A la mitad del viaje al Peter Luger, nos encontramos con unos estupendos arroces negros y melosos, por habernos apartado del camino recto. ¡Ah! ¡Cuán dichoso nos sería recordar lo salvaje, áspera y espesa que fue nuestra primera gallola, cuyo recuerdo renueva nuestros temores! No sabemos decir fijamente cómo entramos allí, tan adormecidos nos quedamos cuando la camarera (sí, Diafebus, sí) nos tomó nota y nos abocamos al único camino verdadero:
Scarlett, Mafia, Scarlett, Peter Griffin, Scarlett, Ronald Koeman y la sosa, Scarlett, don Pedro, Scarlett, Andrés Calamaro, Scarlett, Tarantino, Scarlett, mayo 68, Scarlett, Enrique Ginés, Scarlett, Ryan Reynolds véte ya, Scarlett, Forlati, Scarlett, Diafebus, Scarlett, un rincón apartado para entrar en el murciélago a pelo, Scarlett, su notarísima, Scarlett, Vicè, Scarlett, muy buen vino, Scarlett, Paul Preston es del Everton, Scarlett, dragones, Scarlett, Flavio Josefo, Scarlett, ¿Canela? Ideal per a un uno contra uno, Scarlett, "¡¡Historias de Roma ya!!", Scarlett, lluvia fina, Scarlett, nos vemos en el Cabanyal, Scarlett, realidad múltiple nos mareas, Scarlett, ¡salut comediants!, Scarlett...
 

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